19 agosto 2011

38 años y 5 minutos con Albert Hammond

Dicen mis familiares que desde los 5 años andaba con una guitarra colgando para imitar cada vez que podía al cantante del momento: Albert Hammond. Que en cada cumpleaños, año nuevo o fiesta estaba ahí cantando "Échame a mi la culpa" y "Ansiedad".
Pero no fue hasta después de la muerte de mi padre que en realidad conocí quién era ese señor de pelo crespo que aparecía en la portada de uno de los únicos recuerdos que me dejó el viejito antes de partir, can la dedicatoria "Para mi hijo Leonardo de su Papá".
Crecí abrazando ese disco como si fuese la mano de mi padre.
Repasaba las canciones del vinilo de tanto en tanto, para no perder la carga emotiva de las 11 canciones que hoy parecen plegarias de amor y nostalgia. Ya de adolescente las traspasé a un cassette que aún habita los estantes de la pieza donde crecí, hasta que llegó la tecnología, el mp3, youtube... y ahora escuchaba y veía a Albert Hammond frente a mi PC.
Incluso fue mi invitado estrella al matrimonio, cuando le canté "Solo necesito poder respirar para amarte" a mi novia justo antes del vals. Y anhelaba en el corazón la esperanza de conocer a la persona que tenía un lugar privilegiado en mi biografía, pero entendía también que una estrella internacional como esa solamente la suerte podía hacer realidad una conversación por breve que fuera. Tanto lo pensé que incluso podía imaginar las palabras que intercambiaría.

-- Un gusto. Un honor conocerlo Gurú
-- Oh! gracias
-- Maestro! Ídolo!
-- ¿No será mucha exageración? Quizá me confundes con la fama de mi hijo en The Strokes...
-- No Albert. Me aprendí tus canciones desde pequeño, Mira, acá tengo el disco de vinilo original ¿ves?
-- ¡Qué lindos recuerdos! ¡Qué joven estaba! Le tengo mucho cariño a este álbum. Lo hice cuando mi carrera comenzaba y quise que fuera en español. Pero tu eres muy joven para conocer este disco.
-- Es un recuerdo de mi padre. ¿Ves acá? Es su letra.
-- Uy, cierto. Pero qué hermoso recuerdo! Muy lindo en verdad. Estas son las cosas que valora un artista, poder ser parte de estas historias.
-- ¿Podría pedirte que dejes un recuerdo junto al de mi padre?
-- Pero claro. ¿Tienes un lápiz?
-- "Leonardo". Ese es mi nombre
-- "Para Leonardo. Un gran abrazo y éxito. Albert Hammond xxxxx". Listo.
-- No sabes todo lo que significa para mi. No siempre la gente tiene la duerte de estar aunque sean 5 minutos con su más grande ídolo. Y yo estoy cumpliendo un sueño, Albert...
-- Entonces, Leonardo, hay que inmortalizar esto con una foto ¿no crees?



11 de agosto, CasaPiedra en Santiago de Chile
Legend Tour Albert Hammond
Asientos 1 y 2 junto a Pamela


1 comentario:

El Supercomediante dijo...

Buenísimo. A veces los astros se alinean y los sueños se cumplen. Un abrazo!