29 agosto 2010

Distorsión mental para explicar este momento

La situación de los mineros encerrados a 700 metros bajo tierra me hizo pensar en lo mucho que tengo, lo afortunado que soy, las buenas condiciones de vida que me rodean, agradecer lo que hay en la alacena y en la heladera, el viento fresco de la mañana y la luz de la luna por las noches. Me acordé que RESPIRAR puede ser un ejercicio conciente y no autónomo.

La posibilidad de instalar una termoeléctrica muy cerca de Punta de Choros, me hizo recordar la deuda que tengo con el medioambiente, las poluciones con las que colaboro para matar el ecosistema, lo mucho que antes me gustaba el color verde, el viaje filosófico que realicé hace 5 años a Pan de Azúcar (Chile) y las lecciones aprendidas junto a Los Jaivas y el mar de fondo. Es hora de saldar lo adeudado.