28 noviembre 2013

Yo también confieso que he vivido y mucho

Sentado frente a la pachamama, en el corazón de Aysén, me acordaba...

... del cumple en El Diablito de Bellavista con baile en la calle.
... del primer campamento en San Alfonso y la pelela milagrosa.
... de la fiesta en el gimnasio y los carretes en el puente chino.
... del cumple el el piso 11 del edificio con enterrada de cabeza en la torta.
... de los días de sol y las noches apatotadas en Antofagasta
... del cumple en el TapRoom con show artístico y 190 amigos.
... de mi disfraz de pulpo, el reemplazo como salvavidas y la limpiada de vidrios en altura.
... del cumple de la cuarentena con karaoke y 100 amigos.
... del giro bajo el agua en Kayac y el lanzamiento en Bungee
... del cumple donde no llegó nadie y me acosté temprano.
... de las tardes de tenis en la Usach y las mañanas de básquetbol en la Unab
... del cumple donde había un fotógrafo y pedí q se fuera x verguenza ante mis amigos.
... del cumple con lluvia donde llevamos a Flavio a un lugar q le cambió la vida.
... de la fogata con Romy, Aliaga y varios más en rio Clarillo.
... del mej, los patios de la usach, la curadera en el pque intercomunal, la pichanga donde hice el gol del triunfo, la caída en bicicleta del cerro, el primer beso a la Pam, la emoción de los primeros latidos del Tatán, cuando dormía de la mano con mi vieja, los 9 metidos en un charade x Reñaca y Concon, los mochileos con peláez, los paseos de madrugada con Sly, la muñeca del diablo, la venta bodega que no resultó, una fiesta en un jardín infantil, la semana perdida de mi memoria en la playa, la bicicleta de la caco, las caminatas de ida y vuelta para llegar a Las Cruces, la inútil construcción de una maqueta que destruí 5 minutos antes de exponer, de las lloradas saladas, de las risotadas exageradas, del pánico al perderme, de la satisfacción tras mi examen de título en ese día lluvioso de octubre, del 1 de enero esperando que bajara el Peter, del eje, de mis hermanos celebrando los 80 de mi madre, del aplauso en el Montecarmelo, del último beso que le di a mi papá, del chicle se me cayó cuando tenía 6 años, de los pijos que saqué a niños de una población, del día que subí el Manquehue con Peláez y por la tarde a la iglesia, del cielo en Cohelemu...

Y cuando pienso que quedan pocas cosas por hacer, me doy cuenta que lo mejor está por venir.