21 junio 2009

De padre a padre

Viejo, hasta aquí nuestra conversa había sido siempre de padre a hijo, donde a pesar de que no estabas físicamente, podía sentir tu presencia y protección. He abrazado por años la palabra "padre" desde mi realidad de hijo, admirando tus fotos y los pocos recuerdos que dejaste en mi mente hasta que te fuiste.

Te confieso tener un frasco de "Old Spice" entre mis pertenencias, el disco de Albert Hammond con tu dedicatoria y el cuento del Osito que se iba del hogar pero que luego regresaba y hacía caso a sus padres. Con esos legados, más unas pocas imágenes borrosas que un niño de 7 años puede rescatar, he ido formando la idea de lo que es un padre.

¿Y sabes? ¡Me encantas! Nunca fuimos juntos al estadio, pero se que compraste un televisor para el mundial del 78 para que viésemos juntos los partidos. Nunca nos tomamos una copa de vino juntos, pero mi madre siempre me cuenta que te daba por besarme y abrazarme cuando bebías. Apenas fuimos un par de veces a la Plaza de Armas, pero mi familia completa me cuenta cuánto disfrutamos bailar con el organillero y la banda, para luego llegar y comernos un pan con chicharrones. Nunca viajamos juntos a la cordillera como tanto te gustaba, pero cada vez que estoy lejos de Santiago me siento más cerca tuyo.

Papá, hoy soy padre también... ¡y tu abuelo! Hoy, que siempre te saludé con un beso hacia el cielo, me saludan a mi por el hijo que hace doce días nació, sanito y rebosante de alegría. Pero me sincero y te digo que nada me quita el sentirme tu hijo, tu bebé, tus ojos.

Acordarme de ti y de la falta que me has hecho me acerca a mi hijo, me hace disfrutar cada segundo y esperar vivir con él lo que nosotros no pudimos. Abrazo a mi esposa como abrazabas tu a mi vieja, y cada noche le digo a Sebastián, tu nieto, que su abuelo era un gran tipo y que nunca, a pesar de que no te podemos ver, dejarás de estar presente.

Hoy es nuestro día, el del padre, y en nuestra primera conversación de papá a papá, te juro que tu nieto sabrá que su tata Julio lo acompaña siempre, tal como lo hace conmigo.

¡Te quiero viejo!

09 junio 2009

Hijo mío...

A pocos instantes de tu llegada a este mundo, quiero dejar un testimonio imposible de ordenar, de hacer coherente... son mil cosas, pero una resulta la más importante: te amo.
Hijo mío, suerte en la vida, no es fácil, pero es hermosa. Estarás siempre con tus papás, con un entorno de alegría y amistad, con el ritmo de la naturaleza y con una buena estrella que siempre te acompañará.

No falta nada y yo estoy con los brazos estirados esperándote para abrazarnos.