25 septiembre 2025

Me creo la muerte

Me desvelé pensando en la muerte. No en que yo me moría o en la muerte de alguien más sino en su significado. Soy de los que ama la vida, la veo como un privilegio, un regalo, un premio por algo que hicimos bien en una etapa anterior.

Sip. Creo en un proceso pero desconectado de la mente. No importa tener certeza si fuimos piratas, indios o cromagnones. Me da igual eso de andar averiguando de "vidas pasadas". De hecho creo en una evolución en específico: primero fuimos una planta y resultado de algo bueno que hicimos como dar vida a una flor en un paisaje agreste, nos ganamos la evolución para ser un animal. De ahí me pierdo en el cómo pero terminamos siendo una mascota que se conecta con los humanos.

Yo fui un perro. Si sé que hay hartas películas que podrían estar dañando mi mente, pero aún así siento que fui un perro fiel que cumplí mi propósito y me gané el derecho a regresar a esta Tierra como humano. Y acá estoy, disfrutando de la última etapa a la que se puede aspirar. Y única. No hay más.

Con la muerte como humano se acaba el proceso.

Acá aparece el cristianismo, en específico el tema de un hombre llamado Jesús que muere a manos de sus pares, resucita y luego se despliega su mensaje en torno a que el hombre sufre la muerte de a carne pero hay un espíritu que podría aspirar a una vida eterna en algún lugar hasta que también pueda resucitar.

¿Y quién lo dice? La Biblia. En cuatro evangelios escritos por quienes podrían ser una suerte de biógrafos del paso de Jesús por esta Tierra. Diferencias más y menos, todas las versiones hablan de lo mismo y como en este desvarío me he enfocado en la muerte, haré zoom en ello.

  • Muere crucificado: super doloroso, lo que me lleva a pensar que nosotros en vida hemos de morir en algún momento a partir del dolor extremo. Una culpa que no nos deja dormir bien. El final de una relación que con el paso del tiempo debió ser la más importante. Una pérdida que nos deja un vacío. Un accidente que nos cambia la vida. Básicamente un punto de inflexión que marca un antes y un después de la vida en la tierra.
  • Resucita al tercer día: creo en que esa muerte nos apaga, nos deprime, nos lleva a una melancolía profunda, nos apaga de alguna manera y durante un tiempo que jamás podrá ser corto. Tres días para Jesús bien podría ser una década para nosotros. O al menos tres etapas más que días: la pena profunda, el desconcierto y la supervivencia.
  • Se muestra ante los incrédulos antes de partir definitivamente: no importa el dolor que nos causó la muerte, en algún momento decidimos hacernos cargo de la vida que llevamos y nos enfocamos en reaprender, en darnos una segunda oportunidad y es ahí cuando más luminosos somos. De las cenizas surge nuestra mejor versión y es una suerte de "segundo tiempo" en el que vivimos de una manera más plena que la anterior a la "muerte" y que se extiende hasta la muerte, esa sin comillas.
En definitiva vivimos todo el evangelio, en cualquiera de sus versiones, en nuestro propio paso por la vida, que ya lo dije, es una y nada más. Se muere como murió Jesús y se resucita tal como lo hizo él, donde el periodo de "tres días" pueden ser muchos años hasta que es uno quien decide regresar del dolor aunque sea para vivir un par de horas, minutos o esa última exhalación antes del adiós definitivo.

¿Y después?

Nada. La nada. El universo lleno de estrellas. No creo en el Apocalipsis como parte de la Biblia porque es a todas luces un texto que usa lo enigmático para disfrazar la nada. Es una esperanza absurda para creer que hay algún premio de consuelo para quienes se dan el lujo de desperdiciar el lujo de la vida que se ganaron sus antepasadas almas. Pero no hay nada. Hasta acá llegamos.

¿Y qué hay de la trascendencia? ¿De la vida eterna?

He llegado al convencimiento de que lo único eterno es este Universo. Que es el proceso de la vida el que nunca acabará, en este planeta o en otro. En esta galaxia o en otra. Infinitamente germinarán plantas que pasen a ser animales y luego a humanos, todo ello en un planeta que será hostil, que será conquistado, castigado, hiper explotado, tecnologizado y que terminará por desaparecer... para volver a aparecer desde el inicio en otra parte, en otra galaxia, en otro punto del Universo donde una estrella hará Big Bang para que todo el proceso se repita hasta el infinito.

Mi última reflexión es que si bien nuestra vida no es ni será jamás eterna, si somos parte de una cadena ligada a nuestros actos. Pienso que la mirada Hindú tiene sentido en la medida que se aplica a mi rol en la cadena de la evolución familiar y social. Esto es lo que más me cuesta explicar porque es lo más nuevo en lo que he pensado, pero ahí vamos.

  • Mi aparición como humano se conecta con una linea de tiempo humana, es decir, tengo padres, abuelos, etc. Mi alma está ligada a la planta, el perro y mi espíritu. Pero mi cuerpo es el resultado de mis antepasados. Y un aspecto novedoso es que creo que mi entorno y tambiñen mi buena o mala suerte es producto de lo que hicieron o dejaron de hacer esos antepasados.
  • Yo soy heredero del pasado de mis ancentros y ahí no puedo hacer mucho más que administrar tanto los recursos recibidos como las carencias. Esa es la vida "social" que acompaña a mi vida "espiritual" en mi paso por este mundo.
  • Lo clave es hacerme cargo de heredar cosas buenas a los que vienen, ya sean en la linea sanguínea (familia) como en el contexto social de la época que me toca vivir (trabajo, amigos, entorno).
  • Mi descendencia de hijos, nietos y bisnietos heredarán más que dinero, un capital social, un adn asociado a lo que pensé, aprendí y descubrí en mi vida. Todo lo que haga bajo el efecto de sustancias artificiales no son heredables. Por ejemplo, si soy un artista famoso que en mayor o menor medida logró eso ayudado parcialmente por drogas que abrieron la mente, no hay nada heredable a mi descendencia. Quizás eso parcial del talento, pero el dinero ganado será desperdiciado y el cariño de los fans se volverá indiferencia.
  • En cambio, los aprendizajes profundos, el tiempo bien invertido en amar a la pareja (de la forma en que crea que es el amor), en amar a los hijos y nietos, la capacidad de ganarse el dinero a pnta de trabajo honesto y sin aceleradores de ninguna especie, en fin, todo aquello que es el resultado de un proceso humano, es una herencia real y traspasable que ayudará no solo a los que vienen en mi descendencia sino a la sociedad toda. Y acá si importa el orden: primero la descendencia y luego la sociedad. Un extraordinario Presidente que resultó abandonar su familia por ejercer su rol público, no hereda más que dolor y carencias a su descendencia.
¿Y qué pasa con el sexto sentido, las sustancias que abren la mente y lo paranormal?

Confieso que este es mi mayor entendimiento, el que más me costó y del cual me siento más orgulloso de poder relatar.

Un chamán es un mártir: el hombre que sacrificó su paso por esta vida para mirar las cosas desde otra dimensión a través del consumo de sustancias orgánicas, para traer el conocimiento al servicio de su época y los suyos. Un lector del tarot da rienda suelta a su capacidad de viajar en el tiempo y en las dimensiones de esta galaxia para ayudar al que le pregunta por su futuro, pero es también una persona que sacrifica su vida al servicio de otros. Un artista que llega a la locura es también parte de este tipo de seres humanos que nunca vivieron su vida con normalidad sino que se escaparon de esta linealdad para traer conocimiento a sus pares lineales, a través de libros, canciones, pinturas y un sin fin de expresiones artísticas.

Unos pocos lo lograron sin ayuda. Pero una gran mayoría transaron su vida por usar aceleradores. Y aquello, para mi, se escapa al juicio de algo bueno o malo. Es y punto. Por el contrario, como amante y agradecido del privilegio de la vida, no puedo más que admirar y respetar profundamente la oportunidad de escuchar una y otra vez esas canciones favoritas que crearon un grupo de lisérgicos que transó su propia evolución y vida por dejarnos esos regalos que vienen de otra Galaxia. Son valientes para viajar hasta allá y regresar. Y estoy seguro que ese era el propósito de su paso por la Tierra.

Hasta acá llego. Ya sale el sol por mi terraza. Con humildad y agradecimiento me quedaré en silencio todo el tiempo que pueda escuchando el cantar de los pájaros. Respirando la brisa que luego desaparece entre el ruido de la ciudad que se levanta para seguir el ciclo.

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