Hoy llegué a casa de mi madre y ya venía con la idea que algo distinto ocurriría. ¿Percepción? Da lo mismo, el tema es que el corazón palpitaba distinto, más rápido...
Abrí la puerta y me encontré con mi madre que bajaba las escaleras. Apenas la miré noté que retenía algo, su cara estaba extraña. "Baja", le dije con los brazos abiertos. Mientras lo hacía lentamente me iba preguntando cómo estaba, explicando que el almuerzo ya estaba listo y otras cosas. Hasta que llegó frente a mí. Estiré los brazos y la abracé.
Al principio me rechazó, pero la tomé más fuerte y la besé en la mejilla. Sin decir palabra puso su cabecita en el hombro y se puso a llorar. Y lloró y lloró, unos cinco minutos sin parar y sin decir nada, solo recibiendo desprotegida mis cariños y besos.
Tan fuerte fue el momento que hasta a mí se me arrancaron unas lágrimas.
Cuando la pena (o quizá angustia) pasó, nos separamos levemente y pude intercambiar algunas palabras...
-- Te quero madre.
-- Yo también.
-- No tengas pena, no hay nada que no podamos solucionar juntos.
-- Si sé... pero tengo pena y no sé por qué.
-- Te quero madre.
-- Yo también.
Almorzamos de manera normal, saqué al perro y me fui a la pega tras un dulce beso. Ya en el metro la llamé...
-- ¿Aló?
-- Soy yo... era para decirte que te quiero.
-- Gracias (un suspiro). Yo también.
-- Fuerza, que ya vas a estar bien.
-- Gracias.
Cortamos.
La situación vivida me recordó que tengo la gran fortuna de poder hacerme cargo de mi madre, ayudarla con sus cosas y acompañarla para que no se sienta sola... la soledad es el peor enemigo de la vejez. Sentí que ella está orgullosa de mí y eso me llena el alma.
Hoy le devolví la mano... recordé de las tantas veces en que sus brazos rodearon mi cuerpo cuando tenía pena, haciendome sentir protegido y amado. Hoy, por un instante, pude llenar sus necesidades de cariño y comprensión.
4 comentarios:
A veces sobran las palabras, y funciona más un te quiero y un buen abrazo, el demostrar que estamos ahí, y sin esperar respuestas es la mejor demostración y la más sabia. Te Felicito!!.
Pame
Sin palabras, solo puedo agregar mi comentario personal, que es bueno recordar que somos "ser humanos" y eso impica el SENTIR emotivamente.
Saludos,
Mikel.
Pd: dame tu cmentario:
www.cdsltda.blogspot.com
tu madre es una persona muy especial, creo sin dudar que todos los que la conocemos la queremos....cuidela compadre .....
tu amigo de siempre
carlos
Este breve momento de vida, me hizo pensar que tus 33 años no solo vienieron con canas. Dejaste de ser pendejo y te convertiste en todo un hombre, hermano un abrazo.
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