Quizá por mi deformación periodística o quizá por la sencilla razón de no querer que a alguno de ustedes o de sus hijos les pase, les cuento que hoy a las 13:45 de la tarde, mientras terminaba un entretenido fin de semana largo diciochero, conocí lo que era el ASCO.
En plena tarde de compras por el APUMANQUE, decidí hacer más placentera la espera tomando un Café del Havanna, el que pedí "para llevar" mientras vitrineaba junto a mi novia. Al terminarlo, miré el fondo y me encontré con una barata... ¡SI! ¡Una CUCARACHA con antenas, patas y todo eso!!!!¡Qué asco! Me dirigí inmediatamente al local a exigir explicaciones pero no se encontraba el encargado del local, por lo que sólo me ofrecieron la devolución del dinero ($2.000 por un café-avellana).
Estampé un reclamo en la administración del Apumanque y mañana me dirigo al SESMA, pues esto no puede quedar así. Les agradeceré que me ayuden a dar a conocer esta situación entre sus conocidos, pues gracias a Internet me imagino que algo más que un reclamo formal se puede hacer.
A los colegas periodistas, por favor dar a conocer esta asquerosa experiencia. Y al resto, por favor no vayan al Havanna, pues no puede ser que en un café con ese prestigio internacional (¡y con los tremendos precios que cobran!), ocurra esto.
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