01 agosto 2008

¿Meyer? ¡Presente!

La última vez que vi a más de 3 compañeros de colegio juntos fue el mismo año en que egresamos, en 1990. Desde esa fecha nunca más tuve contacto con ellos, excepto por Pedro (amigo de infancia). Tuvieron que pasar 18 años para que volviera a reencontarlos y, sin querer pero queriendo, asumí la labor de coordinar el juntarnos en torno a una cena en un restaurant de Providencia.

Gracias a Facebook, primero tomé contacto con Claudia y Karen, a los que rápidamente se sumaron el propio Pedro, todos quienes le avisaron a sus contactos y éstos a los otros y así... la bola de nieve creció hasta tener a 15 invitados de los cuales sólo fallaron dos.

¿Mala suerte el 13? Esta vez no. Fuimos trece los que físicamente llegamos a reunirnos tras casi dos décadas sin compartir como lo hacíamos en una sala de clases, en los tiempos en que las niñas se formaban como mujeres y los chicos en hombres.

La ansiedad me llevó a organizar la reunión y, por lo mismo, fui el primero en llegar. A las nueve en punto llegó Valeria, luego Marcos y con él Guillermo. Rodrigo Penjean se asomó quince minutos más tarde, junto a Pablo. No terminábamos de saludarnos cuando hizo su entrada Rodrigo Daie con la mitad de masa corporal que lo recordábamos. Luego llegó Justa y casi de inmediato Francisco y Carolina. Ya habíamos pedido la comida cuando hizo su entrada Claudia, apenas 5 minutos antes que Karen y en seguida Pedro.

Los trece comensales se daban cita con la historia escolar que, personalmente, jamás pensé que algún día pudiese ocurrir. Y ocurrió. Ahí estábamos el grupo completo a metros del colegio que nos vio crecer, recordando aventuras y reconociéndonos tras varios años incomunicados.

La familia de la mayoría fueron los protagonistas. Las fotos de sus esposos, esposas, hijos e hijas se mostraban con orgullo. Otros preferían revivir historias y aventuras de la época escolar y, los más audaces, optaron por contar todo lo que ocurrío en sus vidas entre los años 1990 y 2008.

Y ahí estaba yo, en medio de todos, entendiendo que el tiempo no pasa en vano y que todo a la larga es cíclico. Fueron 5 horas en las que me sentí otra vez un quinceañero, un niño, un pedazo más del grupo humano que de ocho de la mañana a dos de la tarde compartía entre lunes y viernes la aventura de crecer. Parecíamos trece, pero nuestras historias y recuerdos sumaron a más de treinta. Nadie quizo dejar a nadie fuera y hasta el más anónimo de los compañeros de curso cobró relevancia en nuestra conversación.

Casi no nos dimos cuenta del paso del tiempo, el mismo que nos alejó por años. Nos dieron las 2 de la mañana y el grupo restante decidió que ya era hora de partir. Nos despedimos fijando una nueva reunión en octubre y nos dimos abrazos sinceros y cariñosos, con promesas de mantener el contacto.

Faltan minutos para las 3 de la madrugada y afuera llueve copiosamente. Dicen que el agua sana heridas y limpia el pasado. Y esta vez el ayer se hizo presente y trece almas se reencontraron con las historias del resto. Ya nos separamos y mientras una maneja en su automóvil al hogar, el otro abre la puerta y besa a su hija. Y quizá otros llegan a un espacio vacío con la misma sensación que tenía cuando llegaban cansados del Colegio.

¿Y yo? Antes de dormir decidí escribir estas palabras sinceras y emotivas, para plasmar en mi bitácora virtual un pedazo del pasado que se hizo presente al juntar 13 partes de una época inolvidable.

Otro círculo de mi vida se cierra. Esa imagen borrosa de personas hoy vuelven a tener rostros, voz y sentido. Y yo, vuelvo a ser parte de ellos.

Afuera llueve cada vez más fuerte...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Grande Leo.... es un hecho que pastelero a tus pasteles, muy buena la columna y recoge claramente lo que sentimos.

Solo comentar un detalle.... creo sinceramente que el tiempo y la madurez permiten ser mas prudentes, tolerantes y reflexivos, eso en definitiva permite compartir mas hoy que antes a pesar que el tiempo de reunión sea poco.

Esperemos que la reunión agendada sea tan buena como esta, con una mayor convocatoria y creo que seria interesante darle un toque distinto, integrando a las familias.

Un abrazo y nos vemos prontamente... :)

PMM

Anónimo dijo...

Hola Leo, ingrato como es posible que se te olvide tu amigo. Acaso no hemos estado varias veces juntos por temas de pega, sipo, pero igual.
Veo que como dice Pablo, se logro un compartir que solo le da sustento los años de madures, tolerancia y criterio.
Me alegro mucho que exista animo para volver a juntarse, considerando incluir la familia. Eso dice mucho.
Un abrazo a todos, y nos estamos hablando Leo.
MAO

Anónimo dijo...

no se como expresar todas las emociones que senti al vernos reunidos nuevamente , y volver a recordar los momentos que fueron y seran siendo felices recordar por ejemplo la misma sensacion que tube cuando llegue a la reunion fue la misma que senti en la sala de clase del 5to basico despues de una vacaciones de invierno y encontrar caras nuevas las cuales me acompañaron el resto de mi vida estudiantil .
tambien dar las gracias atyodos los que estan aun y queiren seguir estando ahy .
bueno y un saludo y las mil gracias a todos por estar y en especial a mi hermano leo por realizar lo que yo personalmente era imposible
pero como dice la cancion del quijote
con fe lo imposible soñar gracias leo y gracias a todos
con cariño
pedro ayala